Inventa la palabra tantas veces como puedas
reviértela en el aire y dile que diga menudencias
de pollo, de jabalí o de camello,
inventa un páramo de luces donde el tono
de la voz, de los colores, de los convidados
eleve a libertad el acto de formal caricia.
Por:Mónica Sánchez
ilustración de la autora
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