martes, 24 de enero de 2012

Nadie como mi madre

Labradora del mas profundo amor.

La gota de miel que ha guiado mi camino.

El orgullo que eleva la frente certera.

El ejemplo perfecto del alma inquebrantable,

mi guerrera,

mi escalera,

mi descanso, mi empuje.

La que no abandona,

está en el eco de mis pensamientos.

Y ella siempre con el corazón abierto. Es el entorno de mi cama cuando despierto de madrugada sin sueño.

La que sigue mis palabras,

La que está cuando la nombro,

la que doma mis demonios,

me ubica en el tiempo... pero sabe que yo sé, que nuestro tiempo es eterno, aún si parezco ajena al miedo.





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