Cuanta hambre crees que tengo?!
Cuanto tiempo pretendes ser mi dueño?!
Y entre tantos antifaces
termino siendo tan sólo un cuerpo;
un cuerpo para descargarte,
un amuleto
un abrigo de cuero,
el saco del rencor añejo,
o simplemente
una vana letanía
que rechina en mis caderas.